LOGOPÈDIA I NEUROLOGOPÈDIALogopedia y Neurologopedia

Cómo actuar ante la tartamudez o disfemia: información y pautas

Si conoces algún caso de tartamudez en tu familia o círculo social, este artículo te puede ser de gran ayuda para tratar de normalizar esta situación.

Además de introducir y aclarar qué es la tartamudez o disfemia, te damos algunas claves para  saber qué debes y qué no debes hacer para ayudar a superarlo.

La tartamudez o disfemia afecta la fluidez del habla. Su origen es el resultado de una interacción compleja entre factores fisiológicos, del desarrollo, lingüísticos y ambientales. Conviene tener en cuenta que la tartamudez afecta de forma desigual a los dos sexos, ya que tiene una mayor incidencia en hombres que en mujeres.

La disfemia se caracteriza por las interrupciones en la producción de los sonidos del habla, también denominadas "disritmias" o "disfluencias." La mayoría de las personas producen breves disritmias de vez en cuando. Por ejemplo: en ocasiones se repiten algunas palabras y, en otras, se preceden de emisiones del tipo "mmm" o "eeeh." Las disritmias no constituyen necesariamente un problema; sin embargo, pueden dificultar la capacidad de comunicación de las personas que producen demasiadas.

Durante la niñez, aproximadamente, un tercio de la población entre los 2,5 y 5 años pasan por un periodo de disfluencias en el habla y, en algunos casos, estas disritmias se prolongan toda la vida.

La disfemia se presenta como una forma de hablar interrumpida por una serie de alteraciones como: repeticiones de sonidos, palabras o frases, prolongación de sonidos, bloqueos o pausas inadecuadas en el discurso.

Dichas dificultades aparecen en el habla de una manera involuntaria y con una frecuencia inusual. Del mismo modo, pueden observarse en el sujeto signos de esfuerzo o movimientos en alguna parte del cuerpo, asociados a las dificultades de fluidez del habla.

Los niños y adultos con disritmias en el habla no suelen rechazar la comunicación y los contactos sociales. Pero, en algunos casos, pueden reaccionan con introversión y cierto aislamiento, por lo que sería necesario abordarlos específicamente en terapia.

Sesiones de logopedia: el mejor tratamiento

Es muy importante pedir información y solicitar la ayuda de un logopeda en los primeros momentos de aparición y detección de las disritmias que puedan producirse en el habla. Es cierto que las disfluencias pueden desaparecer de forma espontanea, pero no ocurre en todos los casos, por lo que es preferible no esperar y prestar atención logopédica lo antes posible.

Dependiendo del momento de inicio, el tratamiento puede variar en cuanto a la duración; pero en niños de entre 6 y 12 años en los que las disfluencias están afianzadas y presentan otras de las características asociadas a la disfemia, la intervención puede oscilar de 1 a 2 años, aproximadamente.

La intervención logopédica de la tartamudez no se debe interrumpir bruscamente, sino que es necesario realizar seguimientos periódicos de la evolución y actuar ante posibles recaídas.

A continuación, se exponen algunas pautas que sirven de guía ante diferentes situaciones y contextos cuando se habla con personas con disfluencias:

1. Conductas que se deben evitar:

  • Interrumpir el discurso.
  • Terminar las frases.
  • Los turnos de palabra rápidos en la conversación y con poco tiempo para que pueda incluir su intervención.
  • Decirle que respire, que coja aire o que esté tranquilo.

 

2. ¿Cómo puede ayudar la familia desde casa?

  • Transmitir tranquilidad y calma.
  • Hablar lento y alargando las vocales (estirando las palabras).
    • Niño: Qui-qui-quiero la pe-pe-pe-pelota
    • Adulto: Aaah! Quiiiiiereees laaa peeeloootaaa
  • También se puede (repetir) ofrecer una emisión fluida de su intervención.
  • Buscar temas atractivos para establecer un diálogo.
  • Atender y seguir los temas de conversación que inicia.
  • Reducir las preguntas. Si se han de realizar podemos ofrecer posibilidades de respuesta: "¿quieres salir en el parque o jugamos aquí?"
  • Dejar espacios de silencio para que se sienta libre de intervenir cuando esté preparado.
  • Mantener un contacto ocular natural, sin retirarlo cuando se producen los bloqueos.
  • Leer de forma relajada y lenta con el niño/a (textos adecuados a su edad y sus intereses)
  • Los otros también pueden introducir algunas repeticiones de sonidos y palabras:
    • "... pero, pero cuando lo vi me saludó y, y me dio recuerdos para vosotros"
  • Hablar de las dificultades positivamente (expresar comprensión)
  • Dar el modelo mientras se explica algo, es decir: hablando lentamente (alargando vocales y con pausas entre frases) y disminuyendo la intensidad de la voz. Esto ayudará al niño/a a practicarlo.
  • Poner palabras a los sentimientos y frustraciones.
  • Favorecer la seguridad en sí mismo. Valorar diferentes aspectos de su forma de ser o cosas que haga bien.
    • "¡Lo has dicho genial!", "Qué alegría que ya estás haciendo los deberes", "Gracias por ayudarme a poner la mesa".
  • En la medida de lo posible, evite las cosas negativas. Deben establecerse algunas normas, pero que sean verdaderamente importantes y exigible a todos.

 

3. Aspectos que pueden generan estrés e inseguridad a las personas con disritmias en el habla:

  • Rutinas diarias poco regulares y poco predecibles.
  • Presión horaria.
  • Exigencias hacia su conducta y poco reconocimiento.
  • Ambientes ruidosos y con sobreactividad.

 

Tirma Montes - Colegiada núm.: 08/4.019

Logopeda de la Policlínica Guadalupe

 

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